domingo, 17 de octubre de 2010

Antonio Camba, silencio para contemplar



 Silencio urbano 6, 50x50 cm


En la serie presentada por Antonio Camba el 28 de enero de 2005 en el madrileño Espacio Zambucho de Madrid, “aparecen las formas arquitectónicas de la ciudad sin el ruido que las contamina: edificios sin ventanas, ni antenas, ni barandillas… Solamente la forma exterior, como si fueran esculturas que irradian un "silencio para contemplar”… resultando unas formas “muy poéticas, casi minimalistas” que, aunque siendo fotografías manipuladas digitalmente y fijadas sobre un soporte de aluminio, se muestran convincentemente pictóricas.


Silencio urbano 66, 30x30 cm



Con Silencio Urbano, Camba aseguraba que quiso reflejar la sensación de soledad que se vive en las ciudades “donde podemos estar muy solos aún rodeados de miles de personas”. Pese a dicha “soledad”, Camba apunta que su visión “no es una visión triste, sino una postura casi mística de la soledad”. Aunque se inserta plenamente en el contexto que describe a continuación: “Mi trabajo en los últimos años ha estado relacionado con la comunicación-incomunicación del ser humano. He trabajando la idea de relación desde diferentes aspectos; con Internet, con la mujer, con tu interior, con el arte, con la pintura, con la memoria, con el sexo, con la censura, ...”



Silencio urbano 1, 30x30 cm


Respecto a la sensación de soledad que destacan obviamente sus obras, yo veo, además de su espléndida presencia plástica y su perturbadora para mí, belleza –es una pena que no podáis ver las obras al natural, en lugar de estas pequeñas reproducciones que me ha cedido el propio artista-, otras cosas no muy acorde con lo expresado por el artista más arriba. Afortunadamente, en el arte, una vez dejada de la mano de su creador la obra vuela sola, adquiere un significado independiente, libre e imprevisible respecto al perseguido por su creador. Su produce inevitablemente una recreación de la obra cada vez que un espectador se enfrenta a ella.



Silencio urbano 2, 50x50 cm




Y a mí particularmente, la contemplación de Silencio Urbano me sumerge en un cierto desasosiego, en contra de esa visión no triste, mística como dice el propio Camba. Aunque disfruto de la belleza mística de esas extrañas esculturas urbanas, paralelamente deseo que alguien las vuelva a habitar, que urgentemente los hombres vuelvan a perforar sus muros, vuelvan a colgar la ropa, vuelva a sonar la radio, las disputas vecinales, el llanto de los críos, la machacante televisión, que vuelva a oler a comida y vuelva a circular el viento por entre sus huecos. Que la ciudad vuelva a renacer como siempre ha sido. Bellas, pero ciegas y mudas esculturas necesitadas de cura.





Silencio urbano 4, 50x50 cm



Así que siento una incesante lucha entre la belleza de los edificios desnudos -descontaminados digitalmente de cualquier vestigio de ocupación humana- y la urgencia de reponer la vida en ellos. No dejo de reconocer en ellos su función de caja de los sueños y las desgracias por encima de su nuevo aspecto escultórico. En los días que me va bien disfruto de su belleza plástica; los que no estoy a gusto, me trastorna. Lo sé porque tengo una obra suya en casa. En fin, las buenas obras tienen estas cosas; sus  incontables  lecturas siempre son diferentes y enriquecedoras, incluso para el propio artista.



Silencio urbano 5, 30x30 cm





Silencio urbano 7, 30x30 cm





Silencio urbano 8, 30x30 cm





Silencio urbano 9, 50x50 cm






Silencio urbano 10, 80x60 cm





Silencio urbano 11, 30x30 cm




Antonio Camba es un creador nacido en San Sebastián, afincado durante años en Palma de Mallorca, España, y ahora en Mendoza, Argentina.


En su web http://www.antoniocamba.com/


y en la de la galería Espacio Zambucho de Madrid,

http://www.zambucho.com/exposiciones/expo_camba.htm
encontraréis más datos sobre su biografía y su obra

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