lunes, 20 de septiembre de 2010

Isi y Luis González-Adalid, el proyecto de señalética de la ciudad histórica de Ávila, 1999


La ficha de aquí arriba forma parte del análisis del paisaje urbano previo a cualquier decisión estratégica de implantación de los diferentes elementos del Plan. En este análisis empleamos en parte metodologías de Kevin Lynch y Gordon Cullen utilizadas desde los años 60, y que constituyen un conjunto de técnicas que desvelan aquellos elementos que utiliza el extranjero en una ciudad para fabricarse una imagen mental clara que le permita actuar acertadamente dentro de la misma. Más adelante profundizaremos en este análisis.



El proyecto de señalización turística y monumental –todos decimos señalética, una palabra que me espanta- del centro histórico de la ciudad de Ávila, España, se nos adjudicó en base a un concurso convocado por el Ayuntamiento de esa ciudad en 2000, a un equipo encabezado por la empresa Diseñal como fabricante de los diferentes elementos, y en el que estábamos mi hermano Luis González-Adalid como diseñador de aquellos, y el que escribe como responsable del análisis y estrategia del plan. Plan que a su vez se incluía en el de Excelencia Turística. Un resumen del mismo es el contenido que podéis ver a continuación.


El Ayuntamiento deseaba ofrecer al visitante una propuesta de señales que le permitiera, por supuesto orientarse en la ciudad, pero además, aprehender y conocer lo que en ella se encierra de significativo o específico respecto a cualquier otra ciudad, y todo ello bajo el control municipal, de tal manera que la señalética se constituyera como el elemento fundamental en la gestión y canalización de los flujos turísticos. En otras palabras, se pretendía por medio de la señalética, incidir significativamente en el comportamiento turístico de los visitantes.


El Plan, se estructuró en los siguientes trabajos:

Trabajo documental y de análisis interpretativo del paisaje urbano, y diagnóstico de necesidades. Análisis y diagnóstico de la situación actual. Estudio de movilidad, accesibilidad y afluencia turística. Inventario de la señalización actual. Inventario de los recursos turísticos. Análisis del paisaje urbano.

Catálogo de ubicaciones. Propuesta final de ubicación y tipologías de las señales a implantar

Diseño de las señales. Tanto en lo que se refiere al contenido gráfico como al diseño del mobiliario/soporte.

Producción e Implantación de señales.




En este plano, que recoge exhaustivamente el Inventario de Señales en el momento de la redacción del Plan, se aprecia la ausencia de una estrategia clara en la señalización de la ciudad turística; así, el lugar que aparecía con más menciones en el inventario es, curiosamente, la iglesia de San Juan con ocho menciones, seguida de un establecimiento privado como es el Parador y la Iglesia de la Santa con siete. Sólo en tercer lugar se sitúa la Catedral, igualada con la Plaza de la Victoria y la Oficina de Turismo. Con dos referencias, informando en los propios accesos, los accesos a las Murallas, que, sin embargo, constituyen el principal recurso turístico de la ciudad. Con una referencia aparece San Vicente, uno de los monumentos claves del románico español y sin referencia alguna, entre otras, la Iglesia de San Andrés, el mejor exponente de la decoración escultórica sobre capiteles de la ciudad.




El Inventario de la situación existente al comienzo del Plan establecía, en cuanto al número de referencias dedicadas a cada recurso turístico, una jerarquía de lugares turísticos que nada tenía que ver con lo demandado por los visitantes, apareciendo así, sin una estrategia predeterminada, y aún más, sin conexión con la realidad del fenómeno turístico. De hecho, más parece que los elementos informativos se habían venido distribuyendo a remolque del propio fenómeno turístico, en lugar de intentar canalizar los flujos turísticos según una estrategia predeterminada.



Es muy significativo comparar el plano de aquí arriba "Inventario de señales en el entorno del Centro Histórico; Ubicación" que recoge la ubicación exacta de las señales existentes en ese momento, con el plano "Análisis de la Afluencia y Movilidad Turísticas" mostrado más adelante, que recoge las sendas identificadas por el profesor Troitiño como principales, sobre todo teniendo en cuenta que ambos trabajos se han realizado sin el conocimiento previo del otro, y son, además, estríctamente contemporáneos. La coincidencia entre ambos es absoluta, y confirma la enorme dependencia del visitante respecto a la información visual, ya que la senda turística principal concentraba el 80% de los elementos informativos. El escaso tiempo dedicado a la visita, que elimina cualquier deseo de aventurarse por la ciudad, unido al complejo trazado urbano, y al desconocimiento de la misma, encauza de forma vigorosa al visitante por las rutas que le proporcionan mayor información.


Esto es en parte posible. Los trabajos dirigidos por el profesor Troitiño sobre los comportamientos turísticos en Toledo en aquella época, revelaban la enorme dependencia del visitante respecto de la información visual, dependencia que es directamente proporcional a la dificultad de orientarse en un trazado enrevesado. En una ciudad como Ávila, esa dependencia sería menor que en Toledo, pero aun así significativa y suficiente como para favorecer las rutas e itinerarios que por voluntad municipal se proyecten como ejes turísticos principales.

Como ya he mencionado, el Ayuntamiento de Ávila disponía -y dispone- de una información privilegiada y actualizada, gracias al convenio suscrito con el Departamento de Geografía Humana de la Universidad Complutense bajo la dirección del profesor Miguel Ángel Troitiño. De esos estudios se extrajeron numerosas e interesantes observaciones para la estrategia del Plan.

Así, se determinaron diferentes niveles de "popularidad turística" de los espacios urbanos, Respecto a la definición de los circuitos turísticos actuales, estos trabajos aportaron datos concretos sobre su trazado, y se dibujaron en el plano de más abajo. Fundamental a la hora de diseñar las rutas que canalizaran los flujos turísticos es la constatación, en el mismo estudio, de que "la mayoría de los visitantes emplean un tiempo medio de dos horas en la visita a la ciudad, en general en la media jornada de la mañana". También que "la imagen turística previa con la que los visitantes acceden a la ciudad está polarizada por las Murallas (95.80%), y Santa Teresa y el ambiente místico-religioso que desprende su figura (80.49%). Mucho más atrás se sitúa el interés por las iglesias románicas (48.88) y sólo una minoría conoce la existencia de los palacios y mansiones (18.76%)".

 
El plano "Análisis de la Afluencia y Movilidad Turísticas" recogía de manera muy gráfica, las conclusiones más relevantes para el proyecto, deducidas de los trabajos dirigidos por el profesor Troitiño en el 2000. Fuera del circuito principal establecido de facto, se encuentran tres joyas patrimoniales y/o monumentales; el Monasterio de la Encarnación, Santo Tomás –con tres imponentes claustros-, y San Andrés. Aún a día de hoy, no se ha conseguido extender la aquel circuito siquiera por su proximidad a San Andrés con, probablemente, los capiteles románicos más bellos de la ciudad.


Y en fin, un conjunto de recomendaciones de gran interés a la hora de establecer una base teórica sobre la que sustentar la propuesta final del sistema de señalización objeto de este proyecto. En este sentido se recomienda claramente la "reordenación de los itinerarios turísticos actuales, pensada más sobre el conjunto de la ciudad y su patrimonio urbanístico que sobre hitos relevantes, tal como se hace (hacía entonces) ahora”. Este tipo de rutas, más de carácter urbanístico que monumental, son las que permitirían un acercamiento más real a la complejidad de una ciudad".



A continuación se realizó el Inventario de los Recursos turísticos cuyos resultados se plasmaron en el plano de aquí abajo


Sobre el plano de la ciudad se grafiaron aquellos elementos que conforman la ciudad turística: aparcamientos, zonas comerciales y mercados semanales, miradores, paseos, monumentos, edificios y espacios urbanos de interés ambiental, así como áreas degradadas y edificaciones que rebajen notablemente la calidad paisajística de determinados espacios de la ciudad




Resulta así un Inventario de Recursos Turísticos donde la mayoría de ellos se encuentran geográficamente concentrados en la mitad oriental de la cerca. Alrededor esta zona turística principal así definida, y esparcidos por la ciudad, se distribuían aleatoriamente desde un punto de vista turístico, que no histórico, el resto de los recursos turísticos de Ávila. La escasa afluencia de visitantes a los monumentos desplazados del núcleo principal, constituye, según las experiencias analizadas en este campo en los últimos años, un problema difícil de resolver exclusivamente mediante un Plan de Señalética, sobre todo si tenemos en cuenta la breve duración, en general, de la visita a la ciudad.


En este punto llegó la hora de conocer personal e íntimamente la ciudad, paseando insistentemente por ella, pero con rigor, el que proporciona un Análisis del Paisaje de la Ciudad Turística basado en metodologías contrastadas.


Entre ellas la de de Kevin Lyinch –utilizada parcialmente por nosotros en el aprendizaje de la ciudad de Ávila-, que define como apoyos básicos utilizados en la construcción mental de la ciudad, las Sendas –recorridos principales utilizados por el visitante-, y los Nodos –lugares de afluencia principales- como elementos básicos, y como elementos complementarios, los Barrios –en este caso la ciudad monumental-, los Bordes –las murallas-, y los Mojones o Hitos. En nuestro caso, el área de la "ciudad turística" sobre la que aplicar aquellas metodologías, constituye un único "Barrio", y las murallas son realmente el "Borde" por excelencia. Así pues, el análisis de los recursos turísticos se articuló sobre los "Nodos" – lugares visitables-, las "Sendas" –rutas turísticas-, y los "Hitos" –monumentos-. La abundancia en cantidad y calidad de estos últimos, aseguraba de antemano el vigor y atractivo de las rutas e itinerarios turísticos trazados con su apoyo. Superpuesto a este análisis de Lynch, utilizamos la visión seriada o secuencial, de Gordon Cullen, como herramienta de aprendizaje propio y análisis riguroso del paisaje urbano, de la que muestro un par de ejemplos aquí abajo.


Sobre las áreas de mayor interés de la "ciudad turística", sobre aquel rectángulo magistral que marcaba el plano de Recursos Turísticos, realizamos –retomando a Gordon Cullen- un pormenorizado análisis del paisaje, que nos proporcionó un conocimiento exhaustivo de su imagen y su organización espacial, sobre la que trazar posteriormente la estructura general del proyecto. Consistió en un análisis visual seriado de cada tramo, un análisis/aprendizaje dinámico, a imagen y semejanza de los comportamientos que conlleva el "paseo", reseñando en cada punto de la ruta las incidencias relativas a la orientación o desconcierto del visitante. El estudio y resolución de todas y cada una de las incidencias facilitaron la propuesta final. Para mejorar la operatividad del análisis y la comprensión de los resultados, se organizó el trabajo en 12 tramos parciales –este de arriba es uno de ellos- que, a modo de puzzle, se engarzan entre sí, completando la totalidad de las áreas de interés turístico.


Tramo Plaza de José Tomé – Plazuela del Rastro: entre las recomendaciones contenidas en la ficha derivadas del análisis paisajístico, y destacadas aquí a modo de ejemplo, figuran le de potenciar la ruta sur de los palacios a la altura de la Plaza de José Tomé frente al atractivo de la senda peatonal. Resolver el desconcierto que se produce por el brusco cambio del trazado en Plaza P Dávila vs Caballeros. Y destacar la Puerta del Rastro como bisagra entre la ruta sur de los palacios y el Paseo del Rastro proponiendo la localización de un panel interpretativo en ese lugar.




El resumen de todo lo anterior es el plano "Propuesta de Señalética; organización en el área turístico-monumental" recogiendo la propuesta final del Plan de Señalética detallando el número, tipo y ubicación de cada una de las señales. La propuesta final primó sobremanera la información dirigida al peatón sobre la dirigida al conductor, de tal manera que estos últimos dispusieran exclusivamente de la información precisa para alcanzar las áreas de aparcamiento que el Ayuntamiento les destine, para desde allí iniciar la visita, o bien, la información necesaria para abandonar el área monumental ocasionando el menor conflicto posible a la movilidad peatonal.

La disposición casi lineal de la señalición previa al Plan en torno a aquel “circuito principal”, se transforma en la propuesta en un “rectángulo magistral” que incluye toda la mitad de la cerca oriental, destacando no solo los monumentos edificados, sino también la multitud de espacios urbanos –calles, plazas, paseos, miradores- que conforman el conjunto de la ciudad, espacios que en muchos casos realzan la majestad o belleza de un monumento, y sin los cuales perderían gran parte de su razón de ser.



La propuesta de diseño, se abordó de una manera sumamente respetuosa ante la magnitud histórico-artística del entorno donde debíamos intervenir: Ávila, Ciudad Patrimonio de la Humanidad; de legendario pasado y de arraigadas tradiciones; con un origen y estética netamente medievales, con sus fachadas pétreas, sus murallas, sus iglesias románicas.
 

  
Nuestra actitud de asombro y respeto ante esta ciudad nos llevó a establecer una metodología basada en primer lugar en la observación, el estudio y el análisis de la ciudad histórica: un “trabajo de campo” previo que nos dió, en una especie de proceso de decantación, las claves para diseñar los objetos y sus contenidos y las razones que pueden justificar el diseño. Un proceso lento, hecho de comparaciones, de constantes verificaciones, de decantación y de reducción. (Trazos y bosquejos de Luis)




El diseño de los soportes deriva pues del “trabajo de campo” realizado a base de paseos, apuntes y anotaciones por el centro histórico de la ciudad. Formalmente es una celosía de función invertida, es decir: la función principal de estos elementos en el medievo era la de ocultar o “tamizar” los huecos o aberturas; en nuestro caso sirven para todo lo contrario, para mostrar y para mostrarse, para enseñar desde una voluntad de apertura a tono con estos tiempos. Su cuerpo principal es un entramado de madera que deriva de diversas soluciones arquitectónicas propias de las construcciones medievales.

La madera tiene un “envejecimiento” noble y gran facilidad de manejo y mantenimiento, y tratada adecuadamente tiene un buen comportamiento a la intemperie. Supone el cuerpo principal de la señalización exenta. Es un monolito compuesto de entramado de madera maciza de pino, modulado de 5 en 5 cm. de hueco y macizo alternos. La madera se trata contra la pudrición húmeda y seca. Este tratamiento la protege contra hongos, larvas, insectos y termitas subte-rráneas. El tratamiento repele el agua, mejora la estabilidad dimensional de la madera, las características de acabado superficial, así como el comportamiento de las juntas encoladas.La impregnación de la misma se realizó de acuerdo con las normas internacionales según el proceso controlado VAC-VAC. La madera tratada con VAC-VAC (vacsolizada) se impregna con el producto VACSOL en disolvente orgánico de la firma HICKSON por doble vacío y baja presión, mediante sistema vacío-presión-vacío.


El esquema es bastante sencillo y queda recogido gráficamente aquí arriba: sobre el cuerpo principal o entramado de madera se colocan las placas con la información específica de cada señal; la parte inferior es simplemente una solución de anclaje al suelo, consecuente con los criterios de diseño general del mueble.


Sobre la estructura de madera se colocaron las diferentes señales. En primer lugar, si ordenamos las señales de lo general a lo particular en cuanto a los contenidos, están los paneles interpretativos, cuya función es ubicar al visitante desde el propio comienzo de la visita.Ya dije que la estrategia previa consideró las puertas de la muralla como puntos de acceso imprescindibles a las diferentes rutas turísticas, y por ello, lugares privilegiados funcional y espacialmente, junto a las zonas nodales, donde situarlos.


Son las que más información recogen de la ciudad como globalidad, y las que, a través de un plano adecuado, materializan el concepto de ciudad unitaria. Este tipo de señal es capital, puesto que para hacer agradable la contemplación de los objetos particulares es necesario, como mínimo, una cierta aprehensión del conjunto. 



En un segundo escalón se sitúan los tótems informativo-orientativos y tótems descriptivos, ubicados estratégicamente en los Nodos y diseñados especialmente para desmenuzar la somera información que demanda un amable y poco exigente paseo por la ciudad, con un novedoso contenido consistente en ilustraciones que dibujan el paisaje urbano que se ofrece al visitante, y que se mantienen dentro de lo esquemático, tanto por rapidez de lectura y comprensión, Esta manera de presentar la información suponía en ese tiempo una cierta innovación en la forma habitual de señalizar las ciudades.



 La señal, contiene una ilustración donde están marcados los monumentos y lugares hacia los que queremos fomentar la visita, acompañados de un breve texto descriptivo de cada uno de ellos, con la intención de suscitar el interés del visitante. De esta manera pretendemos contribuir además al descubrimiento de la ciudad como conjunto urbanístico por parte del turista, que no sólo limite su visita turística a los monumentos sino también a aquellos lugares –paseos, espacios, plazas, miradores- de indudable interés.



A continuación, las placas identificativas/informativas profundizan en las descripciones históricas y patrimoniales de cada monumento, satisfaciendo a aquellos visitantes que demandan una información de mayor contenido que el proporcionado en los totems informativos-orientativos. Su reducido tamaño, el discreto color "verde - liquen" similar al granito envejecido adoptado para ellas, y el escrupuloso proceso de instalación – se redactó una ficha de localización individualizada para cada monumento y un técnico de  la empresa fabricante, otro del equipo redactor y  otro del Ayuntamiento, estuvieron presentes en la fase de instalación-, aseguraron el mínimo impacto cobre el monumento. 


Resultan fundamentales para identificar y explicar un monumento, lugar, paraje, calle, plaza o espacio, y suscitar cierto interés por su conocimiento o su visita. Estas señales están constituidas por planchas rotuladas con el nombre del monumento o espacio, una breve introducción, un texto explicativo traducido también al inglés y, según los casos donde se crea conveniente, plantas y/o alzados del monumento o lugar en cuestión. Las planchas pueden ir fijadas a los soportes o elementos portantes (tótems) diseñados para ello, o directamente fijadas a pared, reja, puerta, etc, del monumento a identificar y explicar.



Por fin, las indispensables señales direccionales, que situadas estratégicamente en las encrucijadas de las rutas aquí elegidas como básicas facilitarán el desplazamiento del paseante por la ciudad. Aportan la eficaz novedad de acoplarse en "L" a las esquinas, a la manera de un sillar de esquina, de forma que un único elemento resuelve las necesidades informativas que tradicionalmente requerían dos señales, con la consiguiente reducción del impacto sobre el paisaje urbano.




Es el más simple de los tipos de señales, pero no por eso menos importante, pues da seguridad al paseante al permitirle saber que se encamina hacia un lugar determinado. Este tipo de señal se coloca fundamentalmente en encrucijadas.

 

Para una mayor eficacia informativa, todas las señales “montadas” sobre los “totems” o soportes de la señalética, tienen siempre su componente orientativo, mediante otras placas diseñadas al efecto. De esta manera tanto las señales interpretativas, como las identificativas o las descriptivas, actúan también de elementos orientadores. A esto hay que añadir como otro factor que facilita la orientación, el que todas las señales anteriormente mencionadas llevan siempre incorporadas en su rotulación la “mancheta” o plano esquemático del casco histórico y su “zoom” de zona correspondiente al lugar donde esté situada cada señal. 



Respecto a la  Propuesta Gráfica y el diseño de los contenidos, resumiré  en lo fundamental su análisis. Se partió de ideas y conclusiones derivadas del “trabajo de campo”, estableciendo unos criterios (iconográficos, cromáticos, formales) aplicables en todas las señales.

Respecto a la elección de los colores a utilizar la propia ciudad y la muralla nos dieron muchas claves en cuanto a la utilización del color en las señales. La gama que entendimos como apropiada exigía colores neutros y "serios" (negros, grises) y/o "cerámicos" (pardos, amarillos tostados, rosados-rojizos) utilizando también algún color intermedio más vivo para pequeñas áreas, marcaciones y resaltes. Finalmente los líquenes y musgos, testigos del paso del tiempo (y de la vida) por las murallas de la ciudad, nos dieron el color base de fondo para todas las señales que aquí se proponen: el discreto color "verde - liquen" similar al granito envejecido, un verde grisáceo presente en los líquenes que nacen y crecen en las piedras de las murallas y otras edificaciones históricas.

Se utilizaron básicamente dos tipografías en el diseño de las señales: -para los textos identificativos (titulares), designativos, textos re f e re n t e s a monumentos e historia (breves introducciones) y textos orientativos, se propuso la Optima, también llamada Oracle. Tipografía de aspecto clásico pero de confección actual, cuyas ventajas de uso son su sobriedad dentro de lo “clásico”, su facilidad de lectura y su buena visualización. En los textos explicativos e identificativos para cierta distancia se adoptó la tipografía Rotis en su subtipo Rotis semiserif. Esta tipo de letra compone bien en tiutlares y texto seguido (como en las explicaciones más detalladas), siendo también bastante versátil por su amplia variedad de subtipos (Roris serif, Rotis semiserif, Rotis sans, Rotis semisans), lo que la convierte en un gran recurso gráfico.

 
Finalmente sobre la producción e implantación de las señales, anotaré la ejecución de un Catálogo de Fichas de Implantación, consistente en la confección de un catálogo final de los elementos señalizadores a ubicar, mediante planos y fichas a escala adecuada, atendiendo a los criterios a veces contrapuestos de máxima eficacia, y correcta implantación en el escenario urbano (óptima visibilidad, conflictos con instalaciones o canalizaciones, con otros elementos de mobiliario urbano como papeleras, bancos, buzones, farolas, bolardos, así como con otros elementos de señalización para el tráfico rodado).

El remate de tan delicado trabajo fue el Replanteo individualizado de las señales dada la vulnerabilidad del paisaje urbano y de los monumentos a cualquier intervención exterior, se realizó con la presencia de los técnicos redactores del presente proyecto, de modo y manera que el impacto visual quedara minimizado y, por otro lado, la pretendida eficacia del mensaje contenido en la señal se asegurara.



AUTOCRÍTICA; Quiero por mi parte, con la perspectiva que dan  estos años, hacer una serie de consideraciones:

A la semana de su implantación, media docena de tótems aparecieron sin algunas de las placas. Fueron arrancadas de cuajo, a pesar del –pensábamos- potente sistema de sujeción de las mismas que combinaba recia tornillería y resinas. Es evidente que no fue suficiente el diseño en este aspecto. Pero es un tema difícil. Sólo diré que escarmentados por esta circunstancia, en nuestro siguiente trabajo de señalización realizado en Cuenca, adoptamos tótems de hormigón anclados sobre zapatas de casi un metro cúbico; uno de ellos aparecía medio tumbado al día siguiente de la implantación, fechoría llevada a cabo por unos energúmenos que lo jalaron desde un todoterreno. A quién se le ocurre. Probablemente el vandalismo sea el problema capital en este tema, junto a la escasa mentalización municipal sobre la necesidad de una atención y cuidado constante del sistema de señalización.

Desde el año 2000, fecha de la implantación de este sistema de señales, han ocurrido incorporaciones relevantes en y fuera del rectángulo magistral objeto del Plan. Por un lado, la puesta en funcionamiento, junto a la iglesia de San Vicente, del Centro de Recepción de Visitantes, una infraestructura turística clave desde sus inicios en la organización del fenómeno turístico en la ciudad de Ávila. No existe por tanto señalización específica sobre el Centro, integrada en el sistema general.

El extraordinario Centro de Exposiciones y Congresos de Ávila, de Francisco Mangado,  situado en la avenida de Madrid, tampoco tiene referencia alguna en el sistema de señalización, dada su reciente apertura.

Por otro lado, la progresiva accesibilidad turística al adarve de las murallas, tampoco aparece en la señalización existente, con sus accesos y recorrido total. Su relevancia es tal que se ha encaramado al primer lugar en el ranking de los lugares más visitados de la ciudad, ampliamente por delante de la Catedral.

Finalmente el aparcamiento del Mercado Grande, con la desdichada actuación de Moneo, punto de partida de muchos visitantes y por lo tanto de importancia capital para instalar en él elementos de información global sobre la ciudad.

Por sugerencia de Nuria Blanco, espléndida experta del Ayuntamiento y delegada del mismo para este trabajo, se planteó la posibilidad de incluir en las señales elementos específicos para invidentes. Tras consultas en el propio Museo Tiflológico de Madrid y dada la carestía de su implantación se deshechó la idea.

No estaría mal, a la vista de la experiencia vivida en estos años, plantear una revisión del sistema de señalización actual, que comportase una actualización del mismo, con la rehabilitación y reposición de los deteriorados, mejora en los tratamientos antivandálicos, y correción de fallos en la estrategia general.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario